domingo, 30 de octubre de 2011

Crecer

La definición del diccionario de la palabra "crecer" cuando está aplicada a una persona, es principalmente "el aumento natural de su estatura".

Ahora bien, lo interesante es que los hombres crecemos en estatura hasta cierta edad, sin hacer mucho para que eso ocurra. Una alimentación sana y/o rutinas deportivas pueden hacer que nuestro cuerpo se desarrolle un poco más, pero básicamente, crecemos sin hacer mucho hasta que terminamos la adolescencia.

Pero lo interesante es que en un momento dado, dejamos de hacernos más altos. En cierto momento, ya no podemos, por más sano que comamos y deporte que hagamos, agregarnos centímetros de distancia con el suelo.

Y creo que es la forma que tiene la naturaleza de enseñarnos algo: ya estamos grandes para seguir creciendo como veníamos creciendo hasta ése momento de nuestras vidas. A partir de ahora, el crecimiento ya no es tener un par de centímetros más. Tiene que pasar por otro lado.

Alejarnos del suelo depende de nuestros ideales, de nuestros valores y de cómo los llevamos a la vida. Ya no podemos seguir sin hacer nada y dar por sentado el crecimiento. A partir de ese momento, si crecemos, ya no será corporalmente, y no ocurrirá por sí solo: depende de nosotros buscar ese crecimiento.

Por eso busquemos aquellas cosas que nos alimentan realmente, que nos dan altura y que nos ayudan a ver el suelo desde más lejos, con más perspectiva, sin olvidar que de ahí venimos, y nuestros pies siguen ahí.

Si les sirve rezar, recen. Si les sirve estar en silencio un rato, reflexionando o meditando, háganlo. Si les sirve leer un libro o salir a caminar, háganlo. Pero no se abandonen ni se dejen atrapar por la inercia de la rutina. Recuerden que ya no crecen solos. Hay que alimentarnos para poder crecer.

Que tengan un gran lunes y una excelente semana.

lunes, 24 de octubre de 2011

La hormiga y la cigarra

Este lunes lo quiero comenzar con una fábula muy conocida: la fábula de la hormiga y la cigarra.

Cuenta la historia que una cigarra cantó y reposó durante todo el verano, mientras su amiga, la hormiga, trabajaba duro acumulando alimento. Día tras día, ambas repetían su comportamiento. Mientras una trabajaba, la otra descansaba. La hormiga le advirtió a la cigarra que cuando viniera el invierno, no tendría qué comer. Pero la cigarra nunca le dio importancia a sus palabras. Finalmente, cuando vino el invierno, la hormiga se refugió en su hormiguero, preparada para pasar el invierno. La cigarra, en cambio, no tuvo nada qué comer.

La fábula es un poco cruel, pero nos deja una enseñanza: los frutos del trabajo se ven en el largo plazo. Por eso, por más que cueste arrancar la semana, y que cueste trabajar, siempre recordá que, en el largo plazo, verás los frutos de tu trabajo. El esfuerzo no es en vano.

Que tengan un buen lunes.

domingo, 16 de octubre de 2011

17 de Octubre - Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

¿A que no sabés qué día es hoy?

El 17 de octubre (hoy) se celebra el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. Es una fecha poco conocida y reconocida hace relativamente poco tiempo (las Naciones Unidas aprobaron su celebración en 1993). Pero no por eso es poco importante. Lamentablemente, pienso que no se le da la relevancia que tendría que tener.

Creo que si, todos los años, todo el mundo realmente se tomara un día entero para cuestionarse, debatir y pensar en cómo erradicar la pobreza, realmente se podría erradicar.

Como no conozco a todo el mundo para decirles que nos pongamos todos a pensar cómo resolver este problema, me conformo con pedirle a los que leen este blog a que piensen, al menos por unos momentos, en cómo pueden ayudar a erradicar la pobreza. Suena grande cuando uno lo piensa desde su lugar, pero si todos damos un poco de lo que tenemos, al final nos vamos a dar cuenta de que en realidad, nos sobra. Si no tenemos dinero, podemos dar tiempo, ideas, lo que sea.

No seremos el mundo entero, pero sí vamos a hacer una pequeña diferencia. Y antes que dejar que el mundo se quede así como está, yo prefiero al mundo con esa pequeña diferencia. Así que hagámosla.

Que tengan un buen lunes.

lunes, 10 de octubre de 2011

Emprender

Siempre es un buen momento para tomar una nueva determinación o para ponerse nuevas metas. No tenemos que esperar al comienzo de un nuevo año o a nuestro cumpleaños para arrancar nuevos proyectos. Es más, si esperamos, lo que suele suceder, es que el tiempo pasa, y hacemos muy poco de lo que querríamos hacer. Creo que un lunes (o un martes en este caso, ya que ayer fue feriado), es un muy buen día para emprender algo nuevo.

Y si todavía no los convencí, vean el video a continuación.

¡Que tengan un excelente comienzo de semana!

lunes, 3 de octubre de 2011

Morir en la pavada

Hoy les dejo un cuento de Mamerto Menapace, de su libro "Cuentos Rodados". Es uno de mis cuentos preferidos. Espero que a ustedes también les guste:

********************************************************************
Cuando una vez un catamarqueño, que andaba repechando la cordillera, encontró entre las rocas de las cumbres un extraño huevo. Era demasiado grande para ser de gallina. Además hubiera sido difícil que este animal llegara hasta allá para depositarlo. Y resultaba demasiado chico para ser de avestruz.

No sabiendo lo que era, decidió llevárselo. Cuando llegó a su casa, se lo entregó a la patrona, que justamente tenía una pava empollando una nidada de huevos recién colocados. Viendo que más o menos eran del tamaño de los otros, fue y lo colocó también a éste debajo de la pava clueca.

Dio la casualidad que para cuando empezaron a romper los cascarones los pavitos, también lo izo el pichón que se empollaba en el huevo traído de las cumbres. Y aunque resultó un animalito o del todo igual, no desentonaba demasiado del resto de la nidada. Y sin embargo se trataba de un pichón de cóndor. Si señor, de cóndor, como usted oye. Aunque había nacido al calor de la pava clueca, la vida le venía de otra fuente.

Como no tenía de donde aprender otra cosa, el bichito imitó lo que veía hacer. Piaba como los otros pavitos, y seguía a la pava grande en busca de gusanitos, semillitas y desperdicios. Escarbaba la tierra, y a los saltos trataba de arrancar las frutitas maduras del tuitá. Vivía en el gallinero, y le tenía miedo a los cuzcos lanudos que muchas veces venían a disputarle lo que la patrona tiraba en el patio de tras, después de las comidas. De noche se subía a las ramas del algarrobo por miedo de las comadrejas y otras alimañas. Vivía totalmente en la pavada, haciendo lo que veía hacer a los demás.

A veces se sentía un poco extraño. Sobre todo cuando tenía oportunidad de estar a solas. Pero no era frecuente que lo dejaran solo. El pavo no aguanta la soledad, ni soporta que otros se dediquen a ella. Es bicho de andar siempre en bandada, sacando pecho para impresionar, abriendo la cola y arrastrando el ala. Cualquier cosa que los impresione, es inmediatamente respondida con una sonora burla. Cosa muy típica de estos pajarones, que a pesar de ser grandes, no vuelan.

Un mediodía de cielo claro y nubes blancas allá en las altura, nuestro animalito quedó sorprendido al ver unas extrañas aves que planeaban majestuosas, casi sin mover las alas. Sintió como un sacudón en lo profundo de su ser. Algo así como un llamado viejo que quería despertarlo en lo íntimo de sus fibras. Sus ojos acostumbrados a mirar siempre al suelo en busca de comida, no lograban distinguir lo que sucedía en las alturas. Pero su corazón despertó a una nostalgia poderosa. ¿y él, porqué no volaba así? El corazón le latió, apresurado y ansioso.

Pero en ese momento se le acercó una pava preguntándole lo que estaba haciendo. Se rió de él cuando sintió su confidencia. Le dijo que era un romántico, y que se dejara de tonterías. Ellos estaban en otra cosa. Tenía que ser realista y acompañarla a un lugar donde había encontrado mucha frutita madura y todo tipo de gusanos.

Desorientado el pobre animalito se dejó sacar de su embrujo y siguió a su compañera que lo devolvió a la pavada. Retomó su vida normal, siempre atormentado por una profunda insatisfacción interior que lo hacía sentir extraño.

Nunca descubrió su verdadera identidad de cóndor. Y llegado a vieja, un día murió. Sí, lamentablemente murió en la pavada como había vivido.

¡Y pensar que había nacido para las cumbres!
*********************************************************************

Lo lindo de este cuento es que nos invita a reflexionar y a pensar si realmente estamos haciendo aquello para lo que estamos acá. Siempre pienso que se puede ser un poco mejor, dar un poco más, volar un poco más alto. Tenemos todo para hacerlo. Es sólo cuestión de que levantemos un poco nuestra mirada.

Que tengan un gran lunes y una excelente semana.