lunes, 26 de septiembre de 2011

No darse por vencido

No soy fanático del rugby, pero tengo que reconocer que es un deporte que tiene algunas facetas muy destacables como el la incidencia del esfuerzo en el resultado final y el valor del trabajo en equipo.

Otra faceta que también me gusta es que no está todo dicho hasta el último minuto. Hay que luchar hasta el final. Y si el equipo no se da por vencido, la historia puede cambiar.

Este fin de semana los Pumas nos dieron una lección de garra y de esfuerzo. De que no nos tenemos que dar por vencidos, porque siempre está la chance de revertir un resultado adverso. En la cancha, al igual que en la vida, el partido no está terminado hasta que suena el silbato final. Así que hasta que eso ocurra, hay que seguir peleando.

Les dejo el video de la hazaña de Los Pumas. Espero que les guste.

Que tengan un buen lunes y una gran semana.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Con gloria vivir

El otro día, escuchando el himno argentino, quedaron en mi cabeza dando vueltas las palabras "oh, juremos con gloria morir". Es una frase que hemos cantado infinitas veces, y probablemente sea una de las que cantamos con más entusiasmo y emoción. A diferencia de muchas otras frases que tiene nuestro himno, todos comprendemos perfectamente a lo que se refieren estas palabras.

Personalmente, cada vez que canto esta parte del himno, me viene a la mente la imagen del Sargento Cabral, dando su vida al interponerse entre los disparos de las tropas enemigas y el General San Martín, a quien salvó por medio de ese acto valeroso. Y pienso que las palabras del himno hacen alusión a que nuestra partida debería ser como la de Cabral.

Sin embargo, reflexionando un poco más sobre esta frase, pienso que es una lástima que Vicente López y Planes haya elegido la palabra "morir" en lugar de la palabra "vivir". Decir que vamos a morir con gloria nos da una idea de que deberíamos dedicar el último momento de nuestras vidas a un acto heroico. Y como no sabemos cuándo llegará ese momento, dejamos el heroísmo para algún momento más adelante. Lo más probable es que ese momento de gloria no llegue nunca. A veces parece que estuviéramos más listos a entregar nuestras vidas para grandes propósitos, que estuviéramos listos para dejar que nos dispararan, y para dejar la vida en el campo de batalla. Pero muchas veces no estamos listos para asumir el desafío de vivir, de enfrentar las dificultades de cada día y de tratar de resolver cada situación que nos toca vivir con alegría, empeño, humildad y amor al prójimo. Eso es con gloria vivir. Y es más difícil que con gloria morir. Pero creo que vale la pena intentarlo. Se los dejo como desafío para esta semana. No posterguen los actos heroicos. Sean héroes hoy.

Que tengan un buen lunes.

domingo, 4 de septiembre de 2011

La diferencia entre el placer y la alegría

¿Alguna vez se sintieron frustrados por no conseguir algo que buscaban con mucho empeño? ¿Sobre todo, porque era algo que creían necesitar, algo que para ustedes era la puerta a la felicidad, y que por alguna razón se les negaba?

Es curioso cómo muchas veces nos ensimismamos y nos enceguecemos en la búsqueda de algo, puede ser un bien, una posición o un título, y dejamos de ver lo que esa búsqueda a la que supeditamos todo nos vuelve esclavos y nos prohíbe disfrutar. En definitiva, renunciamos voluntariamente al bienestar, nos negamos conscientemente a sentirnos bien porque no tenemos aquello que queremos alcanzar. Nos hacemos miserables a nosotros mismos, y muchas veces a los que nos rodean. Posponemos sentirnos bien hasta alcanzar nuestro objetivo.

No está mal buscar el progreso y el crecimiento. De hecho, es natural que ocurra. Pero no es bueno que en nuestra búsqueda, perdamos de vista todo el resto con tal de alcanzar nuestro objetivo. Después de todo, una vez que hayamos alcanzado ese objetivo, ¿qué es lo que tendremos? La respuesta, la mayoría de las veces, es una sensación efímera de gozo, que luego es reemplazada por un vacío.

¿Por qué es eso? Porque muchas veces estamos buscando el placer. Y el placer es eso, un estímulo pasajero. Y una vez que pasó, nos queda la angustia de que haya pasado, o la búsqueda de más placer. Nos sometemos a la esclavitud de nuestros sentidos.

En la vereda de enfrente, con menos prensa y relegada hoy en día, se encuentra la alegría. La alegría que es un estado de ánimo, por lo que también puede ser volátil y escurridizo como el placer, pero también puede durar más. Pero tiene un componente voluntario más fuerte: está más al alcance de la mano, puede elegirlo, y no tengo que hacer grandes esfuerzos por alcanzarlo. No hay que tener grandes logros ni su alcance depende de factores externos. Y lo mejor es que no hay depresión post-alegría.

Por eso, esta semana, los invito a revisar qué es lo que estamos buscando, y si estamos enfocados en la búsqueda del placer, recuerden que el resultado puede ser un camino de amargura, enojo, y dolor hasta alcanzarlo, un gozo efímero al alcanzarlo, y luego una angustia por el fin del estímulo. Les recomiendo que busquen la alegría, que es un camino más lindo, con más luz, más sonrisas. Tal vez no nos lleve necesariamente al gozo del placer... ¿pero es tan malo que no nos lleve ahí?

Que tengan un buen lunes y una buena semana.