Para arrancar este lunes, les dejo un ejercicio. Lean todos los pasos, y luego pruébenlo. Está bueno.
1. Apagá el monitor de tu computadora (si tenés notebook, o pantalla LCD, de las que no reflejan, podés hacer los siguientes pasos mirando a la pantalla de tu celular apagado o de tus anteojos, o de cualquier superficie que refleje que tengas a mano).
2. Mirá. Prestale atención a lo que ves. Esa cara es la misma que ve toda la gente que se acerca a vos. Con esa misma expresión que tenés ahora. El Guasón te diría: "¿Por qué tan serio?"
3. Cerrá los ojos y sentí los músculos de tu cara, de tu frente y de tus cachetes. Si están tensionados, hacé muecas y mové los labios y las cejas para aflojarlos.
4. Cuando ya no sientas tensión, abrí los ojos nuevamente. Mirá tu cara nuevamente. Y sonreí. Sentí cómo se siente estar sonriendo. Ahora cerrá los ojos y sentílo de nuevo. Memorizáte cómo se siente.
5. Ahora que sabés cómo se siente sin tener que estar mirándote, hacé el esfuerzo conciente de sonreirle a la próxima persona que veas. No importa quién sea. Fijate que pasa.
6. Repetilo durante todo el día de hoy. Si te da resultado, hacelo de vuelta mañana.
A veces no nos damos cuenta, pero el primer contacto que tenemos con las demás personas no pasa por lo que les decimos, sino por cómo los miramos. Nuestra cara está hablando mucho antes de que emitamos el primer sonido. Y si lo primero que decimos es algo lindo, el resto de la conversación se desarrolla con mayor facilidad. Y aunque ni siquiera hablemos, si le dedicamos una sonrisa a la gente que nos cruzamos, también reaccionarán positivamente.
El punto de todo esto es que, a veces, para que a uno lo traten bien, primero hay que tratar bien a la otra persona. Para recibir amor, hay que dar amor.
Vivimos en un mundo lleno de dolores, de angustias y de necesidades. Las personas mismas estamos llenas de todo esto. Y la necesidad más grande que tenemos es la necesidad de amor. Si todos vamos concentrados en esta necesidad, y buscando que los demás nos llenen, lo más probable es que quedemos todos vacíos. En cambio, si nosotros damos el primer paso hacia aliviar la necesidad del otro, nuestras necesidades se saciarán solas. Para recibir amor, el mejor camino es darlo. El amor todo lo cura.
Que tengan un gran lunes.
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