Hoy les dejo un poema de Miguel de Unamuno, que habla con un dejo de nostalgia del tiempo que pasa y de cómo uno va creciendo. Lo interesante es que se puede leer desde el punto de vista espiritual también, desde donde para ser grande, hay que ser pequeño, hay que ser humilde.
"Agranda la puerta, Padre,
porque no puedo pasar;
la hiciste para los niños.
Yo he crecido, a mi pesar.
Si no me agrandas la puerta,
achícame, por piedad,
vuélveme a la edad bendita
en que vivir es soñar."
Espero que les haya gustado, y que les sirva para reflexionar y descubrir en qué aspectos hemos crecido, y en cuáles, a pesar del crecimiento físico, seguimos siendo algo infantiles, y nos vendría bien crecer.
Pero sobre todo, espero que recuperen la capacidad de soñar de esa "edad bendita", y no quedarnos en el escepticismo de la "madurez".
Tal vez mañana escriba un poco más sobre esto. Por hoy, para un lunes, alcanza.
Que tengan una linda semana.
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