Tal vez después de un fin de semana largo, en el que descansamos lo suficiente como para olvidarnos de nuestros trabajos, cuesta volver a la rutina laboral. Y esta dificultad parece ser la mayor crueldad que nos juega el destino, que vilmente se ríe de nosotros.
Pero esto es sólo una película que nos hacemos. Todo depende desde el ángulo en el que miremos las cosas. En este fin de semana vi El Pianista, (una película del Holocausto, se las recomiendo si no la vieron). También estuve en un Vía Crucis. Y estas dos experiencias me hicieron reflexionar acerca de la crueldad de la que es capaz el ser humano. En ambas situaciones se veía el sufrimiento de personas inocentes, que no ofrecían resistencia frente al sadismo desmesurado de los que los torturaban.
Pero lo que quiero destacar, no es la crueldad del pasado, sino que quiero resaltar que la mayoría de la veces, nuestros problemas son meras pequeñeces. Nuestros pesares, podrían ser tomados como alegrías. Piensen en todos los países que hoy estan en situaciones de guerra o violencia. Y piensen cuánto darían muchos de esos habitantes por poder volver a sus trabajos tranquilos, después de un fin de semana largo.
Esto no es para generar culpa, pero sí para poner en perspectiva, que nuestros pesares, también podrían ser motivo de alegría. Así que los invito a vivirlos de esa manera.
Y disfruten de poder volver a un trabajo, de tener trabajo o incluso de poder buscarlo, sin tener que preocuparse por otras cosas peores. Demos gracias por lo que nos toca vivir, que no es tan terrible. Y disfrutémoslo.
Les deseo un excelente lunes, y que disfruten la semana.
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